Los romanos cultivaban la llamada trilogía mediterránea: trigo, vid y olivo. Además, introdujeron muchas innovaciones, como la extensión del regadío, y nuevas herramientas y máquinas, como el arado romano, los molinos de grano y las prensas para elaborar aceite y vino. La mayoría de tierras pertenecían a grandes propietarios (latifundistas) y las trabajaban campesinos y, sobre todo, esclavos. El centro de los latifundios era la villa, una gran casa rural con dependencias para la vivienda del propietario, bodegas, corrales, establos...
Imagen de una villa romana.
Muchos productos se fabricaban en pequeños talleres situados en las ciudades dedicados a gran cantidad de oficios (ceramistas, vidrieros, tejedores, carpinteros, etc.).
Pero también había industrias grandes donde trabajaban decenas de esclavos, como en las industrias de pescados en salazón y las de fabricación de barcos.
Se centraba en la explotación de oro, plata, hierro, cobre, estaño, plomo y mercurio. Las minas de oro y plata eran propiedad del Estado. En las costas mediterráneas se explotaba la sal, que se empleaba para salar y conservar alimentos. El trabajo en las minas era muy duro y lo realizaban esclavos. En España tenemos como testimonio de esta época el yacimiento minero de las Médulas, en León, considerada como la mina de oro más grande a cielo abierto de todo el Imperio Romano.
Los romanos establecieron un intenso comercio tanto dentro como fuera del Imperio. El comercio se vio facilitado por dos aspectos:
-La existencia de una misma moneda en todo el Imperio.
-La construcción de una extensa red de carreteras, las calzadas, que unían Roma con todas las provincias del Imperio. También crearon una red de puertos. Esta gran facilidad de comunicaciones hizo que las ciudades crecieran, se incrementara la producción agrícola y artesana y también el comercio.
Aquí tienes los enlaces para hacer los ejercicios en pantalla grande:
ROMA 9. ECONOMÍA ROMANA: https://wordwall.net/es/resource/89101356/roma-9-econom%c3%ada-romana