Pero la superficie de la Tierra no sólo es su relieve. Uno de los aspectos que hacen especial a nuestro planeta respecto a otros es la importante presencia de agua en su superficie, y además en sus tres estados: líquido, sólido y gaseoso. A esa parte de la Tierra formada por agua se la conoce como hidrosfera.
Aunque la cantidad total del agua que compone la hidrosfera es siempre la misma, ésta se encuentra en permanente movimiento y va cambiando de un estado (sólido, líquido o gaseoso) a otro. A esos movimientos y cambios de estado se los conoce como el ciclo del agua, que podríamos resumir de la siguiente manera:
1.- El agua del mar se evapora cuando la recalienta el sol.
2.- Ese vapor de agua se eleva en la atmósfera y, al enfriarse, se condensa en gotitas cada vez más gruesas, que forman las nubes. Si el frío es muy intenso puede que llegue a solidificarse, es decir, a formar cristalitos de hielo que cuando se agrupan dan lugar a los copos de nieve.
3.- Las nubes se mueven empujadas por el viento, a veces miles de kilómetros.
4.- Cuando esas nubes no pueden retener más agua la dejan caer —precipitación— en forma de lluvia (o granizo, o nieve).
5.- Si la lluvia cae sobre tierra firme el agua discurrirá de nuevo, aunque por dos vías diferentes. una parte del agua discurrirá por la superficie y se canalizará en los ríos, que la transportarán de nuevo hasta el mar. Otra parte del agua se infiltrará al subsuelo, donde puede que quede almacenada un tiempo en acuíferos, o que circule de forma subterránea hasta volver a aflorar a la superficie (manantiales y fuentes) o hasta llegar directamente al mar.
6.- Una vez el agua llega de nuevo al mar, vuelta a empezar.
Pero los movimientos del agua no acaban ahí. La rotación de la Tierra junto a la acción de los vientos y otros agentes hacen que el agua no permanezca quieta en los mares y océanos, sino que circula continuamente a través de potentes corrientes marinas que atraviesan todo el planeta. Distinguimos dos tipos de corrientes marinas:
Las corrientes frías proceden de regiones polares y transportan aguas más frías que las de las áreas por las que pasan.
Las corrientes cálidas proceden de regiones cercanas al ecuador y llevan aguas cálidas hacia áreas más templadas o frías.
Estas corrientes son fundamentales para el planeta, ya que se mantienen en un delicado equilibrio y tienen una gran influencia en el clima mundial. De hecho, el cambio climático es una de las grandes amenazas que afrontan en la actualidad, ya que podría romper ese equilibrio y trastocar el complejo sistema climático de nuestro planeta.